La penetración de la metafísica en la iglesia cristiana


Antes de iniciar con el análisis, quiero delinear los objetivos de este documento, aclarando que lo que aquí se va a exponer no es producto de un fanatismo malsano, ni de un cristiano que ve la herejía en todas partes. Añado además que lo que manifestare no es nuevo, pero preocupa que por muchos años y ahora en este tiempo con más fuerza desde los pulpitos cristianos se enseñen estos pilares de la metafísica como si fueran verdades bíblicas, manipulando de manera (Intencional o no, no lo sé), increíble la Escritura. No cuestionare a nadie en especifico ni daré nombres para no herir susceptibilidades, solo me limitare a decir lo que está ocurriendo y a demostrar con las escrituras (O con la ausencia de estos principios metafísicos de la misma), la falsedad de las “verdades” que hoy se enseñan como principios divinos. Al terminar de leer este documento la conclusión a la que Ud., querido lector debería llegar es la de desechar todas estas enseñanzas por no ser Bíblicas, mentiras y muchas veces medios de manipulación para la oveja ingenua que esta confiando en el maestro que tiene al frente y lo tiene por digno de confianza. Los objetivos de este documento son: Dar una breve explicación de lo que es la metafísica y sus principios o pilares (Así lo llaman los metafísicos) fundamentales. Como llegaron estas enseñanzas a la Iglesia cristiana. Analizar lo que hoy se enseña por parte de algunos predicadores y confrontarlo con las Escrituras. El efecto de estas enseñanzas en la Iglesia cristiana Hoy. En el propósito de cumplir los objetivos antes trazados, se desarrollara el documento en el mismo orden propuesto.

¿Cuál es el «Don de Dios»?


¿Cuál es “EL DON DE DIOS” al que se refieren estos versículos? Esta es una pregunta clave que debe ser respondida con cuidado. Hay muchos que enseñan que, en este pasaje, Pablo se estaba refiriendo a la FE como el DON DE DIOS. Ellos dicen que una persona no puede ser salva a menos que Dios le de al pecador el don de la fe salvadora. Muchos de estos maestros [usualmente instruidos en la Teología Reformada o Teología del Pacto] insisten que la regeneración precede a la fe (es decir, que una persona debe haber nacido de nuevo antes de que pueda creer). Este punto de vista es inconsistente con la clara enseñanza de la Biblia. Por ejemplo, Juan 1:12 no dice: “Mas cuantos fueron regenerados, a ellos ÉL dio poder para creer en Su Nombre, a los que fueron hechos hijos de Dios”. También Juan 20:31 dice, “para que creyendo, tengáis vida”. No dice, “para que teniendo vida, podáis creer” (que es lo que uno esperaría que dijera, si la regeneración precediera a la fe). Para un estudio más detallado sobre esto ver ¿La Regeneración precede a la Fe? ¿Qué es “el don de Dios” en Efesios 2:8-9? ¿Es la fe o es alguna otra cosa? La clave para entender Efesios 2:8-9 es identificar correctamente el antecedente del pronombre “esto” (touto). El pronombre “esto” (v.8), ¿se refiere a la fe o se refiere a lasalvación? Hay quienes dicen que la “fe” es el don de Dios y hay otros que dicen que la “salvación” es el don de Dios.

La encarnación de Cristo


Al considerar la encarnación deben de admitirse dos verdades importantes: 1) Cristo fue al mismo tiempo, y en un sentido absoluto, verdadero Dios y verdadero hombre; y 2) al hacerse Él carne, aun que dejó a un lado su Gloria, en ningún sentido dejó a un lado su deidad. En su encarnación Él retuvo cada atributo esencial de su deidad. Su total deidad y completa humanidad son esenciales para su obra en la cruz. Si Él no hubiera sido hombre, no podría haber muerto; si Él no hubiera sido Dios, su muerte no hubiera tenido tan infinito valor. Juan declara (Jn. 1:1) que Cristo, quien era uno con Dios y era Dios desde toda la eternidad, se hizo carne y habitó entre nosotros (1:14). Pablo, asimismo, declara que Cristo, quien era en forma de Dios, tomó sobre sí mismo la semejanza de hombres (Fil. 2:6-7); «Dios fue manifestado en carne» (1 Ti. 3:16); y Él, quien fue la total revelación de la gloria de Dios, fue la exacta imagen de su persona (He. 1:3). Lucas, en más amplios detalles, presenta el hecho histórico de su encarnación, así como ambos su concepción y su nacimiento (Lc. 1:26-38; 2:5-7).

La preexistencia de Cristo


Siendo al mismo tiempo perfectamente humano y perfectamente divino, el Señor Jesucristo es semejante y a la vez distinto a los hijos de los hombres. Las Escrituras son muy claras respecto a la semejanza de Él con los humanos (Jn. 1:14; 1 Ti. 3:16; He. 2:14-17), y lo presentan como a un hombre que nació, vivió, sufrió y murió entre los hombres. Pero de igual manera la Biblia enseña que Él es diferente a nosotros, no solamente en el carácter impecable de su vida terrenal, en su muerte vicaria y en su gloriosa resurrección y ascensión, sino también en el hecho maravilloso de su preexistencia eterna. En cuanto a su humanidad, Él tuvo principio, pues fue concebido por el poder del Espíritu Santo y nació de una virgen. En cuanto a su divinidad, Él no tuvo principio, pues ha existido desde la eternidad. En Isaías 9:6 leemos: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado.» La distinción es obvia entre el niño que nació y el Hijo que nos es dado.

El Sermón del Monte ¿es para la iglesia de hoy?


1) Es provechoso para nosotros. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Toda Escritura, incluyendo Mateo 5-7, es provechosa para el creyente. 2) Debe ser predicado. “Predica la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:2). 3) Es precioso y valioso. El Sermón del Monte contiene invaluables joyas espirituales que deben ser preciosas para el corazón de todo creyente. 4) Contiene principios que son para todos los santos en todos los tiempos.

Israel y la prueba profética (Parte 2-2)


Israel es el tema de mayor importancia de la profecía Bíblica ya que es mencionado más de 2,900 veces, casi el doble del nombre de su Mesías. Sin Israel no hubiera un Mesías y tampoco hubiera salvación para nadie, ya sea Judío o Gentil. La primera mención de Su venida está en el reproche verbal …

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Israel y la prueba profética (Parte 1-2)


"Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo." (Amos:9:14-15) Hace aproximadamente 150 años, el Rey de Suecia tenía ciertas dudas acerca de que si la Biblia era verídica en cada palabra. Él le preguntó al Conde Von Zinzendorf, el obispo de la Iglesia de Moravia, para que le diera una prueba de que la Biblia era realmente inspirada por Dios. El Rey dedicó 10 horas para escuchar la respuesta. Para la sorpresa del Rey, Zinzendorf informó que el tiempo dedicado para la respuesta era demasiado. Él necesitó decir una sola palabra. Muy sorprendido el Rey preguntó cuál era tal palabra. El Conde respondió, "Judíos." Hoy en día uno podría añadir una palabra más, "Israel." En el tiempo en que Zinzendorf vivía, esa pequeña y asediada nación, nacida en Mayo 14, 1948, no existía excepto en los corazones de los que eran sionistas y que nunca habían descartado el cumplimiento de las solemnes promesas del "Dios de Israel." La existencia de Israel hoy en día, que está rodeada de más de un billón de Musulmanes que han jurado exterminar a esa nación y quienes continuamente están planeando artimañas para atacarla y destruirla, es uno de los milagros más sorprendentes de los tiempos modernos. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob ha bendecido a la gente judía de tal manera que excede la bendición dada a sus primos, los Árabes y al resto de los Gentiles.

Materiales para Escuela Dominical


En esta sección compartimos todos los materiales preparados por el Departamento de Educación Cristiana de la Iglesia Cristiana Misionera El Camino(ICMC), con el propósito que lo que ha sido de bendición para nosotros lo pueda ser para ustedes. Hay plena libertad de reproducirlo con un objetivo plenamente pedagógico, y apelamos a la ética cristiana para que respeten los créditos, la fuente bibliográfica y recomienden el blog a otros. Dios les bendiga.

Perdón Judicial y Paterno


En las Escrituras se hallan dos tipos diferentes de perdón, y si vamos a ser estudiantes cuidadosos de las Escrituras, debemos aprender a distinguirlos. Los llamaremos perdón judicial y perdón paterno (aunque estos nombres mismos no se encuentran en la Biblia). Para ponerlo en forma sencilla, el perdón judicial es el perdón de un juez, y el perdón paterno es el perdón de un padre. El primer término sale del juzgado, y el segundo del hogar. Vayamos primero al juzgado. Dios es el Juez y el pecador es el que se halla bajo juicio. El hombre es culpable de pecado, y la pena es muerte eterna. Pero el Señor Jesús aparece y declara: "¡Yo pagaré la pena de los pecados merecida por el hombre: Yo moriré como su sustituto!" Esto es lo que el Salvador hizo en la Cruz del Calvario. Ahora el Juez anuncia al pecador: "Si te rindes a mi Hijo como Señor y Salvador, te perdonaré". Tan pronto como el hombre pone su fe en el Salvador, recibe su perdón judicial de todos sus pecados. Él nunca deberá pagar su castigo por ellos en el infierno, porque Cristo lo ha pagado todo. El pecador ya perdonado entra ahora en una nueva relación: Dios ya no es más su Juez, ahora es su Padre.