Reina Valera 1960… digna de confianza (Parte 1)


Esto es un extracto del material ¨Conspiración contra la Reina Valera¨ del Dr. Domingo Fernández. En próximos post continuaremos exponiendo el material.

El objetivo de compartir con ustedes este material es para demostrar que la versión de la Biblia en español que tenemos es el esfuerzo de hombres de Dios, temerosos de Su Nombre y que fueron fieles en la traducción, a diferencia de otras versiones que han salido a la luz pública con intereses creados, o bien, con posiciones teológicas tomadas y con doctrinas bíblicas fundamentales sesgadas.

Antes tómate el tiempo para ver este video que sintetiza de una manera muy hábil la forma de cómo nos llegó la Reina Valera a nuestras manos.

REINA-VALERA ES DIGNA DE CONFIANZA

La primera edición de la Biblia traducida por Casiodoro de Reina se publicó en el 1569. Después Cipriano de Valera revisó en el 1602 la traducción de Reina, y desde entonces se conoce este trabajo como la versión “Reina-Valera”. Marcelino Menéndez y Pelayo, el más grande critico literario que ha producido España en toda su historia ha rendido tributo de reconocimiento y admiración a la versión Reina-Valera. Desde que vio la luz, en 1569, hasta el presente, mas de 400 años, puede afirmarse que la versión Reina es la reina de las versiones. Su lenguaje no ha sido igualado por ninguna otra versión en español. Y su fidelidad a los textos originales no ha sido superada.

Reina-Valera es la versión que las Sociedades Bíblicas han venido distribuyendo para el mundo de habla castellana desde su fundación a principios del siglo XIX. En l893 publicaron la llamada Versión Moderna, traducida por H.B. Pratt, versión que merece el calificativo de ortodoxa. Si el propósito de las Sociedades Bíblicas era que la versión de Pratt tomase el lugar de la Reina-Valera, fracasaron en tal deseo. El pueblo de habla hispana en todo el mundo continuó mostrando su preferencia por la Reina-Valera, y ya no se publican la Versión Moderna.

Tenemos la firme convicción de que estamos en los tiempos del fin de la dispensación de la gracia, y que la Venida del Señor está muy cerca. La apostasía se está manifestando en todo el mundo y en todas las esferas religiosas de todas las denominaciones llamadas cristianas. Estamos en presencia de dos tendencias, dos criterios, dos esferas, dos bandos, dos líneas de batalla. En una línea se sitúan los llamados “liberales” o apóstatas que, de un modo consciente o inconsciente, pretenden socavar los fundamentos de nuestra fe en las Sagradas Escrituras. Dicen que la Biblia tiene errores e interpolaciones. Pretenden modificar el criterio que ha prevalecido en la esfera de los hombres de fe por espacio de 3,500 años. Afirman que la mayoría de los libros del A.T. no fueron escritos por los hombres cuyos nombres aparecen encabezando los libros en cuestión. Ni tampoco en las fechas que tradicionalmente se ha creído.

En la línea o trinchera opuesta nos situamos los que creemos en la inspiración de las Sagradas Escrituras. Los que afirmamos que la Biblia no tiene errores. Los que mantenemos el criterio de que Moisés escribió los libros que llevan su nombre: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y que el libro de Isaías lo escribió Isaías, y el de Daniel, lo escribió Daniel.

Con el correr de los días se va acentuando la división en la esfera del cristianismo entre “liberales” y “conservadores”, entre apóstatas y ortodoxos. Los primeros, se aprestan para el ataque, los segundos, para la defensa.

Si nuestra percepción no nos engaña, estamos en presencia de una especie de conspiración en contra de la versión Reina-Valera. Parece que uno de los objetivos del “liberalismo” religioso es la eliminación de la mencionada versión que, por ser palabra de Dios, constituye el bastión de nuestra fe evangélica.

Reina-Valera fue buena por espacio de 400 años; pero ahora, de la noche a la mañana, los “liberales” dicen que se ha vuelto mala, indigna de confianza, y que debe ser sustituida por otra versión de factura “liberal” (Lo de factura “liberal” es nuestra apreciación). Y pasaremos a analizar y razonar algunos aspectos de la cuestión.

LOS MANUSCRITOS

Gutenberg inventó la imprenta en el año 1450. Hasta entonces el que quería una Biblia, o parte de ella, tenia que copiarla o pagar a quien se la copiase. Los que escribieron los libros que integran la Biblia fueron hombres inspirados por el Espíritu Santo. Pero los que han sacado copias manuscritas no tenían el don de la inspiración divina y pudieron equivocarse; y se da por sentado que algunos cometieron pequeños errores. El año 56 de la era actual el apóstol Pablo escribió una epístola a la iglesia evangélica de Roma. Supongamos que al fundarse la iglesia evangélica de Milán (Italia) mandasen a sacar copia de la mencionada epístola de Pablo, y que el copista cometiese un pequeño error; omitiendo o cambiando una palabra. Si tal cosa ocurriese, de allí en adelante todas las copias que se sacasen de la primera copia de la iglesia de Milán, llevarían el supuesto pequeño error.

En la actualidad existen más de 4,000 manuscritos del N.T. y no concuerdan todos ciento por ciento; hay pequeñas diferencias debidas a omisiones y cambios de palabras; pero esas diferencias no afectan ninguna de las doctrinas del N.T. o de la Biblia en general. Los manuscritos originales no sehan conservado.

DIFERENTES VERSIONES O TRADUCCIONES

La palabra versión, del verbo verter; significa traducir de un idioma a otro. Dijimos que los copistas no tenían el don de inspiración divina, y los traductores tampoco tienen ese don.

En la actualidad hay unas 8 o más versiones traducidas por miembros de la Iglesia Católica. Una de ellas, “Dios Habla Hoy” es traducida por católicos y evangélicos. Y una traducida por evangélicos: Reina-Valera. Además hay otras versiones de la traducción del Nuevo Testamento.

En lo que se refiere a las palabras, no hay dos versiones que sean exactamente iguales. Los libros del A.T. fueron escritos en hebreo. El lenguaje original del A.T. tiene, como promedio, una antigüedad de 3,000 años. Los traductores se encuentran a veces con palabras hebreas cuyo verdadero significado resulta difícil de captar o discernir.

En la lengua castellana hay diccionarios de sinónimos o palabras que tienen el mismo parecido o significado. Por ejemplo: Las palabras maquinar, conspirar, intrigar, urdir y tramar entran en la clasificación de sinónimos; y el traductor puede emplear la que estime más adecuada. Otro ejemplo: Las palabras aborrecimiento, aversión, odio, saña, desprecio, rencor e maquinar son sinónimos. Y esto sucede con muchas palabras de la lengua castellana.

En Isaías 41:10, la versión Reina-Valera dice “…yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Si yo pudiera hacer una versión de la Biblia, en lugar de las palabras “ESFUERZO” y “SUSTENTARÉ”, PONDRÍA: Te doy FUERZA, y te SOSTENDRÉ. Los traductores no usan las mismas palabras o vocabulario, pero el sentido del mensaje bíblico es, generalmente, el mismo siempre que el traductor vierta con fidelidad el sentido del texto original. Hay versiones católicas que son dignas de confianza, pero en los últimos años han surgido dos versiones que son muy perniciosas y de ellas vamos a reflexionar.

En el 1972 se publicó la llamada “Biblia Latinoamericana”. Esta versión fiel traducida por sacerdotes católicos sudamericanos que simpatizaban con Carlos Marx, y trataron de que la Biblia ayudara a los movimientos marxistas. En el 1979 surgió a la luz la versión “Dios Habla Hoy” (VP). Para la traducción de esta versión se asociaron el Vaticano y la Sociedad Bíblica Americana. Los traductores -católicos y evangélicos- se tomaron la libertad de sustituir y cambiar a medida de su “liberal” deseo muchos textos. Atribuyen al agua del bautismo virtud regeneradora.

Eliminaron del A.T. la palabra Satán, que aparece en el texto original 18 veces. La divinidad de Cristo sale muy mal parada en esta versión. En lugar de presentarlo como hijo de una virgen, lo presentan como hijo de una joven. Donde el profeta Miqueas habla de la eternidad de Cristo, esta versión dice que desciende de una antigua familia, y en donde el original griego afirma que Dios fue manifestado en carne, esta versión dice que Cristo se manifestó en su condición de hombre. Y en donde San Pablo presenta a Cristo como igual a Dios, la versión a que nos referimos dice que Cristo, aunque divino, no insistió en ser igual a Dios.(1)

EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE

El castellano que hablaban Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera ha experimentado un cambio muy grande. El lenguaje de la versión Reina-Valera fue revisado en 1862, 1909 y 1960. En el 1909 se cambiaron 60,000 palabras por sinónimos más comunes. En el 1960 se introdujeron alrededor de 10,000 cambios de vocabulario para poner el lenguaje al día. Por ejemplo en la versión del 1909 la palabra “caridad” significaba amor, pero ahora la misma palabra se aplica a una persona caritativa, que da limosna a los necesitados, por lo tanto, se ha sustituido la palabra “caridad” por la palabra “amor”. En Colosenses 3:5 decía: “Amortiguad, pues, vuestros miembros…” y ahora dice “Haced morir pues lo terrenal en vosotros”. La palabra “amortiguad” no significa hoy lo que significaba hace cien años. El nombre Fares, que aparece en Mateo 1:3, antes se escribía Phares.

En nuestra opinión la palabra o término justicia, que aparece muchas veces en las epístolas de Pablo, no tiene hoy el mismo significado que tenía cuando se escribieron los libros del N.T. En la actualidad, el Diccionario define la palabra “justicia” como “virtud que nos hace dar a cada uno lo que le corresponde”. Hablamos de los tribunales de justicia, en los que se supone que los jueces traten con justicia a los acusados, absolviendo a unos y condenando a otros. En Mateo 5:20 Jesucristo menciona el término justicia como sinónimo de conducta. Pablo en Filipenses 3:9, lo menciona como sinónimo de mérito personal, y en la Epístola a los Romanos, el término JUSTICIA DE DIOS tiene unaconnotación de gracia, es Justicia que justifica, que salva.(2)

En 2 Pedro 1:20, dice nuestra versión Reina-Valera: “Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”. El traductor Pablo Besson traduce del siguiente modo: “Ninguna profecía de la Escritura viene de propia resolución”. A la luz del versículo 21 podemos afirmar que Pedro no se refiere a la interpretación de la profecía, sino al origen de la misma. La profecía no se ha originado en la mente o discernimiento de los hombres, sino en la inspiración reveladora que les concedió el Espíritu Santo. ¿Por qué mencionamos este aspecto? Para poner de manifiesto que a causa de la evolución del lenguaje, a veces resulta difícil captar el verdadero sentido de algunas palabras que escribieron los Apóstoles o los Profetas.

WELLHAUSEN ENTRA EN ESCENA

En el año 1844 nació en Hameln, Alemania, Julio Wellhausen, que murió en la ciudad de Gottinga en el 1918. Wellhausen se inició en la vida pública como profesor de teología, pero renunció a ello porque no creía lo que se suponía que debía enseñar.

Como Voltaire, Wellhausen puso su talento natural al servicio de una mala causa. Excluía toda intervención sobrenatural o divina en la historia de la humanidad. No creía en Dios, ni en milagros. Con tenacidad, digna de mejor causa, dedicó muchos años de su vida al estudio de los libros del A.T. Elaboró la teoría de que la mayoría de los mencionados libros recibieron la forma actual después del retomo de la cautividad en Babilonia en el año 536 antes de Cristo. Según Wellhausen, el Pentateuco constituye una recopilación de libros previos que él inventó, y que denomina: 1) Fuente Jehovista: 2) Fuente Elohísta, y 3) Fuente Sacerdotal. En su opinión Moisés no escribió ninguno de los libros que llevan su nombre. Ni Isaías, ni Daniel escribieron los libros que llevan su nombre.

No nos asombra que un ateo elimine a Dios del panorama de la historia religiosa del mundo, ni el que invente una teoría acerca del origen de los libros que integran el A.T. Lo que nos asombra es que un ateo se haya convertido en maestro y orientador de muchos “cristianos”, tanto evangélicos como católicos. Sí, nos sorprende el que muchos que dicen creer en Dios, se pleguen a las teorías de un ateo. Las teorías de Wellhausen se enseñan en la actualidad en muchos seminarios.

Los Judíos piadosos siempre han creído que los libros del A.T. fueron escritos por Moisés y los profetas. Los cristianos convertidos y respetuosos de Dios siempre hemos creído, y creemos, en la inspiración de las Sagradas Escrituras, y en que éstas fueron escritas por los hombres cuyos nombres aparecen en el encabezamiento de los mencionados libros. Y que se escribieron en las fechas que tradicionalmente se ha aceptado. Pero en la actualidad son muchos los que en las esferas intelectuales del cristianismo se plegan a las enseñanzas del ateo Wellhausen. Pero estos “cristianos” “liberales” o apóstatas parece que no significa nada el que Jesucristo haya dicho que Moisés escribió los llamados libros de la ley.(3)

Continuaremos con: Las Fuentes de la versión Reina Valera. Puedes seguir la continuación de este tema a través de la «etiqueta de la nube» que indica Reina Valera

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1-Ver Tito 3:5, Isaías 7:14, Miqueas 5:2, 1 Timoteo 3:16, Filipenses 2:6.

2.Ver Romanos 1:17, 3:26, 4:3, 10:3. 2 Corintios 5:21. Filipenses 3:9.

3. Ver Lucas 24:27 y 44. 2:22, 16:29, 20:28 Marcos 12:26. Juan 7:19.

4 comentarios en “Reina Valera 1960… digna de confianza (Parte 1)

  1. Marco P

    Partiendo del argumento del pastor deberíamos aceptar los deuterocanonicos ya que en la Versión del Oso que la produjo Reina en el año 1569 y la posterior revisión de Valera en 1602 se hallan 11 libros y el añadido griego de Daniél, todos traídos de la Vulgata, y son más de los que hoy se hallan en la mayoría de versiones católicas que cuentan con ocho en su sección de Deuterocanonicos. Dos siglos después Las Sociedades Bíblicas los retiraron.

    1. El artículo está lejos de querer aprobar los libros apócrifos de la versión LXX, los también llamados Deuterocanónicos.

      El hecho de que estuvieran en la versión de El Oso no significa que estuvieran siendo avaladas por Casiodoro.

  2. nora diaz

    No tengo las mas minima duda de que Dios es el inspirador de su palabra aunque muchos quieran crear dudas sobre ella durante siglos su Espiritu Santo «EL Consolador» esta entre nosotros para convencernos de pecado, de justicia y de juicio, la fe es la unica arma que debe tener el creyente, la conviccion de lo que se cree.

  3. Ángeles Vázquez

    TANTO LA PARTE 1 COMO LA 2, PRESENTAN ARGUMENTOS A FAVOR DE LA BIBLIA TRADUCIDA POR REINA Y VALERA, SIN EMBARGO, A TRAVÉS DEL TIEMPO SE HAN ACTUALIZADO A FIN DE AJUSTARLAS AL USO CONTEMPORANEO DEL LENGUAJE. SI EL TEXTO MASORÉTICO, HA SIDO EL SUSTENTO DE LAS TRADUCCIONES Y ACTUALIZACIONES, ME LLAMA LA ATENCIÓN QUE EN VERSÍCULOS, COMO EJEMPLO, DEL LIBRO DE ISAÍAS, EN TRADUCCIONES DE LA REINA VALERA ANOTAN LA PALABRA «ESPÍRITU» (RELACIONADA CON DIOS ), CON «MINÚSCULA» Y EN OTRAS CON MAYÚSCULA. EJEMPLO: EN IS 32:15; 34:16; 40:13; 42:1; 44:3; 49:16; 59:19,21; 61:1. EN LA REINA VALERA 60, INVARIABLEMENTE, ESPÍRITU ES ESCRITO CON MAYÚSCULA, PERO EN LA VERSIÓN ANTIGUA Y EN LA 1995, ES ESCRITA CON MINÚSCULA… SIN EMBARGO, COMO EJEMPLO, EN IS 63:10,11 EN LAS 3 VERSIONES ESPÍRITU ESTÁ CON MINÚSCULA.

    ¿CUÁL ES EL ARGUMENTO?, ¿CUÁL ES LO CORRECTO? ¿EXISTE DIFERENCIA ENTRE ESPÍRITU CON MINÚSCULA Y ESPÍRITU CON MAYÚSCULA?

    GRACIAS ANTICIPADAS POR SU RESPUESTA.

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